| Narra
___. |
Todos acompañamos a
Justin al centro comercial, donde daría una pequeña actuación.
Todas las salidas, entradas y gran parte del edificio estaban
ocupadas por los cuerpos de seguridad y ambulancias por si pasaba
algo. Ya sabemos que las seguidoras de Bieber pueden liarla un poco
bastante si se lo proponen. Pattie, Kenny, los chicos, Scooter, parte
de algunos encargados técnicos de la función, y yo, vimos actuar al
joven de diecinueve años. Me pareció increíble la energía que
derrochaba en el escenario, como hacía al público enloquecer,
gritar. Incluso me animé a chillarle varias veces cuando él
preguntaba si nos estaban gustando las canciones, cosa que él
notaba, pues miraba hacia mí y sonreía. Prácticamente cantó para
mí Die in your arms,
pues sus ojos no se separaban de los míos, con la vista siempre fija
en mí. Y eso consiguió que derramara unas no disimuladas lágrimas.
Natalia tuvo que abrazarme porque era tal el estado de emoción que
había empezado a sollozar. <<Mi
pequeño>>, susurraba. <<Mi
pequeño está cantándomela a mí>>.
Después de aquél
sensible y emotivo momento, el concierto cesó y Justin se despidió
de sus beliebers, agradeciéndoles una vez más donde estaba gracias
a ellas. Regresó con nosotros y lo primero que hizo fue abrazarme.
—Te vi llorar –me
susurró en el oído.
—Tu culpa, maldito
idiota.
—¿Qué hice? –preguntó
preocupado, separándose brevemente de mí aunque tomándome por los
hombros.
—¡Cantar esa canción!
–soltó unas carcajadas y me besó para callarme, haciéndome reír
luego a mí también.
—¡Muy bien hecho, tío!
–le felicitó Chaz. Chocaron sus puños, y Justin seguía sin
soltarme la mano, la cual me había cogido justo cuando su amigo lo
llamó.
Después de halagos,
comentarios y demás, nos fuimos a comer. Pasamos la tarde juntos,
riéndonos, Natalia contando chistes, Chaz mandándole indirectas que
al parecer pensaba que solo entenderían ellos cuando la cosa no era
así, Ryan comiendo como cerdo y Justin y yo besándonos cada dos por
tres. Por la noche, Pattie se iba a cenar a casa de una amiga, pues
era su cumpleaños. Nos dejó un par de pizzas en el horno y cenamos
Justin, Natalia, Chaz, Ryan y yo.
—Estoy que no puedo más
–dije dejando el borde de la pizza encima del plato y echándome
hacia atrás en el sofá.
—Ah no, aquí no se deja
nada –Justin cogió el último trozo que había dejado y lo acercó
a mi boca- Come.
—Ni hablar, voy a
explotar.
—¡Come pequeña puta,
come! –gritó Natalia riendo.
—Eso es de Spring
Breakers –fruncí el ceño y ella hizo lo mismo.
—Mierda, es verdad.
Los chicos y yo nos
echamos a reír y Justin insistió en que me acabara el dichoso
borde, el cual no me comería por más que se pasara toda la noche
molestándome.
—Sé que eres una
rebelde, pero deja esa faceta tuya a un lado y come.
—Te he dicho que no
–aparté la comida con la mano y él me cogió de las muñecas con
su mano libre- ¡Justin, suéltame!
—Átala a las patas de
la mesa, ya de paso, bro’ –rio Ryan, el cual calló al ver cómo
mi mirada era sumamente mordaz- Vale, pues no.
—Cuento hasta tres –me
amenazó Justin. Yo reí- Una –arqueé una ceja y seguí en la
misma posición- Dos –reí más fuerte porque no pensaba comerme
nada- Dos y medio, ___ -los chicos empezaron a carcajear- ¡Tres!
—¡Y una mierda! –me
sacudí, de modo que mis muñecas por fin se libraron de su firme
pero no apretado agarre.
La corteza de la pizza
salió volando hacia la televisión, casi golpeando a Chaz en la
cabeza. Me puse de rodillas a una velocidad casi inigualable y salté
el sofá para evitar a Justin, el cual había empezado a perseguirme.
—¿No te han enseñado
tus padres que no se juega con la comida? –me preguntó mientras se
detenía en una punta del mármol de la cocina, pues yo estaba en la
otra.
—No les hacía mucho
caso –intenté huir por la derecha, pero al ver que me iba a
perseguir de nuevo, paré- Ya sabes.
—Qué rebelde.
Solté una carcajada e
hice el ademán de correr hacia la izquierda para confundirlo e irme
así hacia la otra dirección. Y así hice, pero fue rápido, y
rápidamente rodeó la mitad de la mesa de piedra marmórea. No tuve
otra que saltar y subirme a la mesa y gatear hacia la otra punta, la
cual quedaba cerca de las escaleras. Justin se quejaba, yo reía, al
igual que los chicos, y mi hermana me daba ánimos y gritaba como
loca. Subí los tres primeros escalones y Justin, el cual había
resbalado y caído de bruces, agarró mi tobillo, haciéndome caer a
mí también.
—¡Ah, no, suelta!
–chillé.
—¡Ni hablar! –se negó
riendo, aunque algo azorado.
Empecé a patalear y sin
querer le di en la cara, el cual del impacto, cayó de culo hacia
atrás. <<¡Lo siento!>> le
chillé mientras corría hacia arriba a encerrarme a la habitación.
Y sí, Justin seguía detrás de mí, persiguiéndome. Llegué a mi
cuarto y justo cuando iba a cerrar la puerta, Justin puso un pie para
que esta no llegara a su destino.
—Ajá.
—Vete o usaré mi arma
mortal –le amenacé.
—Ya me has dado una
patada en toda la cara, no me das miedo –empujó con todas sus
fuerzas la puerta y tuve que apartarme ya que si no me daría a mí.
Se acercó peligrosamente hacia mí, llevándome de espaldas hacia la
cama- ¿Y qué, qué piensas hacer?
—Mhm –me encogí de
hombros, y cuando mis piernas palparon el colchón, reí- Lo que tú
quieras.
Justin alzó una ceja y se
juntó más conmigo, tan jodidamente sensual, que no pude evitar
sentarme en la cama, sin dejar de mirarlo. Justin sonrió orgulloso y
se inclinó hacia mis labios, los cuales no tardó en besar. Reí en
su boca y el pareció de gustar mi acción, pues dio paso a su
lengua, que se entrelazó rápidamente con la mía. Apoyó ambas
manos a cada lado de mi cuerpo, hundiéndolas en las sábanas, y
echándome más para atrás, hasta quedar tumbada.
—Justin –abrí la boca
para hablar y él besó mi labio inferior, luego la comisura derecha,
la mandíbula, el cuello, bajó y bajó hasta el pecho- ¡Justin!
–musité riéndome.
—¿Mhm? –preguntó aún
con sus labios en mi piel.
—Tú sabes lo que
conlleva un par de besos tontos en el cuello.
—Claro que lo sé –alcé
una ceja. Él igual. Sonreí y lo cogí del cuello para atraerlo a mí
y besarlo con más furia de la que normalmente habría empleado- Iré
a poner el pestillo.
Aquello me hizo reír. Se
levantó y dio dos grandes zancadas hasta la puerta, corrió la
palanquita y la habitación estaba totalmente segura de intrusos. Oí
unas risas desde el piso de abajo: los chicos. Justin se acercó a mí
mientras se quitaba la camiseta, haciéndome reír pues parecía un
león en celo buscando amar a su hembra, y con un brazo me levantó,
llevándome hasta el cabezal de la cama para que me tumbara. Y empezó
a besarme. Su boca no se despagaba de la mía en ningún momento, y
ambos parecíamos disfrutar aquello. Recorrí su torso desnudo con
mis dedos, sensibles al tacto. Mis labios pronto buscaron más piel
que saborear y descendí por su cuello, dejando una hilera de labios
mojados, que eran los causantes de azorados suspiros por parte de
Justin. Aferró los dedos a los costados de mi camiseta, jugando con
ellas. Y me la quitó. Admiró la talla de mis senos y mojó sus
labios, más de lo que ya estaban gracias a nuestros lujuriosos
besos. Masajeó los pechos mientras su boca se amoldaba perfectamente
a la mía.
—No hay mucho que tocar
ahí, Justin –le advertí, siempre había tenido algo de complejo
por el tamaño.
—Son perfectos –musitó
antes de deslizar la copa del sostén hacia abajo, liberando unos
sensibles pezones que pronto fueron mordidos, lamidos y besados por
Bieber.
—Señor –musité
haciendo curvar mi espalda ante el placer.
Noté sus labios curvarse
hacia arriba en mi piel cuando musité aquello. Prosiguió con el
otro pecho y lo hizo vibrar, latir y sensibilizarse como el anterior.
Me quité ya el sujetador, dejando desnudo mi torso al completo.
Siguió con las caricias, bajando por el ombligo y llegando a los
muslos, masajeándolos. Me aferré a su cuello y lo devoré, dejando
algunas marcas.
—Para que sepan de quién
eres –dije riéndome, y él pronto me calló con su boca.
Unos golpecitos en la
puerta y unos pasos acompañados de risas nos advirtieron de que los
chicos pasaban por el pasillo. Mas no nos detuvimos. <<Nos
vamos a ver una película a la habitación de Natalia, seguid a lo
vuestro, tranquilos>>. Soltamos unas
carcajadas y sí, les hicimos caso. Continuamos con lo nuestro.
Jugó durante unos
segundos con el pequeño y ceñido pantalón, el cual pronto fue
esparcido por el suelo de la habitación. No tardé mucho en librarme
yo del suyo, dejándonos a los dos semi desnudos. Piel con piel,
ambos nos frotábamos con el otro para intentar conseguir el punto
máximo de placer. Y de pronto, no estaban mis bragas, las había
tirado por ahí. Su saliva mojó mi estómago, bajando por el bajo
vientre, llegando al pubis y finalmente centrándose en lo más
profundo de mi sexo. Su lengua brindaba electrizantes punzadas de
agonía placentera a todo mi cuerpo. Los gemidos salieron de mi
garganta, llegando a los oídos de Justin, el cual aceleró el
movimiento circular de su lengua, haciendo así que el éxtasis me
recorriera entera. Ascendió su boca y sus manos cuando vio que iba a
explotar. Mis manos corrieron por su espalda, acariciando cada peca,
dibujando nuevas figuras y trazando líneas imaginarias sobre su
tatuaje del indio, el cual tanto me gustaba.
—¿Dónde has aprendido
a hacer eso? –le pregunté jugando con las gomas de sus bóxers, doblándolas poco a poco hacia abajo.
Frunció el ceño. Creo
que ya sabía la respuesta.
—Lo importante no es
eso, sino lo bien que se hacerlo –reí y lo besé- Espera.
—¿Qué?
—¿Condones? –me mordí
el labio y él se levantó.
—¿Adónde vas? –me
incorporé, quedando de rodillas en la cama. Estaba completamente
desnuda, expuesta a sus pícaras miradas. ¿Me iba a dejar así?
—A mi habitación –oh,
no- Creo que tengo unos preservativos en la mesita de noche.
—Ah -¡una bombillita se
encendió sobre mi cabeza!- No espera, creo que tengo yo unos en la
maleta.
Él frunció el ceño.
—Ya sabes, mi madre y el
estúpido rollo de la protección. Algo creía que teníamos los dos
y por si acaso –soltó unas carcajadas y abrió mi maleta, buscó
en los bolsillos y sacó una caja de Durex. Rompió uno y vino hacia
mí mientras lo sacaba del envoltorio- Ven aquí.
—Voy, impaciente, voy
–rio y se tumbó de nuevo en la cama conmigo, encima de mí. Le
ayudé a despojarse de los bóxers y de paso le coloqué yo el
preservativo, encendiéndolo más de lo que ya estaba y volviéndome
a besar para calmar la pasión- ¿Segura?
—Deja de preguntar y
entra ya –lo obligué cogiéndole de los hombros y pegándolo más
a mí.
Santa mierda.
Se hundió en mí y aquello era la gloria. Ni cuenta me había dado
cuenta que de su cuello colgaba una chapa, la cual botaba contra mi
pecho y el suyo a cada embestida que daba. La primera gota de sudor
cayó de su frente. A mí se me empezaba a pegar el pelo contra la
coronilla, la nuca y la frente también. Las sábanas se empapaban y
se enganchaban en mi cuerpo. La cama se movía y hacía sonar el
cabezal de ésta, dándole fuerte en la pared. Gemí. Creo yo que
demasiado alto, y hundí la cara en su cuello mientras lo besaba ahí.
Me aferré a su espalda, clavando las uñas en ella cuando noté que
Justin no aminoraba las embestidas sino que las aceleraba. Cada vez
más rápido. Y venga a sudar, y a gemir. Y a besarnos, y a matarnos
a mordiscos, y a reírnos el uno del otro cuando chillábamos más de
la cuenta. Lo devoré, y él a mí. Y me hice suya al igual que él
se hizo mío. Y perdí la cuenta de cuánto tiempo estuvimos haciendo
el amor, pero caí rendida ante al amanecer. En sus brazos.
—Eh –me giré,
topándome con su frente sudada, su pelo alborotado, sus labios rojos
e hinchados, su respiración agitada y su pecho subiendo y bajando,
subiendo y bajando.
Lo besé una vez más.
—¿Sí?
Me pegó más a él,
clavando sus dedos en mi cintura. Me tomó del mentón y apartó un
par de mechones de pelo que se habían pegado por culpa del sudor.
Recorrió sus labios por los míos y después de unos insufribles
segundos, me besó. Y fue en ese beso cuando sentí que lo mío con
Justin era una extraña conexión que nunca antes había sentido
.
—Te amo –nos dijimos
al mismo tiempo.
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Buenaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas. Bueno, antes que nada quería darle las MUCHISISISISISISISISISIMAS gracias a mi fei mina <3 que la amo mucho, por escribirme este megahipersuper (noquemasviene) pedazo de capitulo. Y bueno, es pero que os haya gustado :)
QUE SWAG EL MÍO.
ResponderEliminarJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA.
Diría que el capi te ha quedado de puta madre, pero sería echarme flores y no me va eso JAJAJAJA.
Sube pronto, pls.
Tkm fei<3.
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ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
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